70. La magnífica industria
Bebes y bebes. Deseabas beber anoche. Y lo mismo era
Anteanoche. Beberías ahora mismo.
Te gusta tanto beber!
Y no sólo eso. Miras extasiado al detalle las etiquetas
de los licores. (Son como obras de arte, para ti). Comparas,
descubres diferencias, meditas acerca de las semejanzas,
te demoras y recuerdas, recuerdas tus propios recuerdos.
Recuerdas la figura de Charles Bukovski, a quien admiras
aunque no seguirías su ejemplo. No estás de acuerdo con
sus ideas radicales. Beber es otra cosa para ti. Nada de
pugilismo y toda esa vulgaridad norteamericana que
desprecias. Piensas lo mismo de Malcolm Lowry, quien
te aburre a la primera página.
Beber es otra cosa! piensas acalorado este sábado a la
mañana mientras escuchas música soul. Te sientes reconfortado.
Recuerdas que el viernes has descubierto que lo inefable
permanece inefable y automáticamente piensas en
la curiosa bandana de Leonardo Favio.
Anteanoche. Beberías ahora mismo.
Te gusta tanto beber!
Y no sólo eso. Miras extasiado al detalle las etiquetas
de los licores. (Son como obras de arte, para ti). Comparas,
descubres diferencias, meditas acerca de las semejanzas,
te demoras y recuerdas, recuerdas tus propios recuerdos.
Recuerdas la figura de Charles Bukovski, a quien admiras
aunque no seguirías su ejemplo. No estás de acuerdo con
sus ideas radicales. Beber es otra cosa para ti. Nada de
pugilismo y toda esa vulgaridad norteamericana que
desprecias. Piensas lo mismo de Malcolm Lowry, quien
te aburre a la primera página.
Beber es otra cosa! piensas acalorado este sábado a la
mañana mientras escuchas música soul. Te sientes reconfortado.
Recuerdas que el viernes has descubierto que lo inefable
permanece inefable y automáticamente piensas en
la curiosa bandana de Leonardo Favio.
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